Desde hace un tiempo teníamos ganas de conocer como era el invierno en una zona escandinava. A finales de verano, después de volver de Svalbard, comenzamos a buscar y preparar nuestro viaje de navidades. Nos decidimos por realizar la Ruta de los Hermanos Amundsen. Se trata de una ruta que combina tres días de esquí de travesía con 3 días de expedición en trineo de perros, en los alrededores de Beitostolen (Noruega). Cerca de macizo montañoso de Jotunheimen, zona en la que los hermanos Amundsen comenzaron su preparación para la realización de rutas polares.

Realizar dos nuevas actividades como el esquí de travesía y conducir trineos de perros, vivir la experiencia del invierno escandinavo, el carácter expedicionario del viaje… fueron varios de los puntos que nos hicieron decidirnos por este viaje.

Día 1 (27-12-2009) Llegada a Beito

 

Temperatura máxima: -11.7ºC
Temperatura mínima: -20.3ºC

Salimos de Madrid hacia Oslo, haciendo escala en Amsterdam el día 27. Por suerte las nevadas de la semana anterior habían remitido, y con ellas los problemas en los aeropuertos de toda Europa. Llegamos a Oslo a las 7 de la tarde, mientras esperamos al resto del grupo y a nuestra guía salimos a la calle para comprobar las temperaturas. Hace bastante frío, es completamente de noche, y hay nieve y hielo por todas partes.

Tras encontrarnos con nuestros otros 6 compañeros de aventura y nuestra guía cargamos las mochilas en la furgoneta y nos dirigimos a Beito. Beito es un pueblo pequeñito, cercano a Beitostolen, donde se encuentra la cabaña donde nos alojaremos esta noche y desde donde partirán las 2 rutas que haremos. La carretera hacia Beitostolen discurre entre bosques, los árboles están completamente nevados. Hay muchísima nieve, ni siquiera se distingue el asfalto de la carretera. A pesar de ser de noche el paisaje es espectacular, es una Noruega muy diferente a la que conocimos hace unos veranos.

En la furgoneta llevamos un termómetro que marca la temperatura exterior: 20 grados bajo cero, superamos las peores previsiones en cuanto a temperaturas.

Después de algo menos de 4 horas llegamos a Beito. Allí nos espera nuestro otro guía. Descargamos mochilas, sacos, aislantes… y vamos hacia la cabaña. A pesar de que la cabaña se encuentra a tan solo unos 100 metros, el corto paseo es algo que no se me olvida. Era el primer contacto real con lo que nos íbamos a encontrar durante los próximos 6 días. Paisajísticamente era más de lo que me esperaba: nos encontrábamos caminando por un estrecho sendero marcado en la nieve, la luz de la luna se reflejaba por todas partes y era más que suficiente para poder ver en la noche, el camino discurría por un bosque, y entre árboles cargados de nieve descubrimos la cabaña.

Mientras nos calentamos en la cabaña el guía nos da las primeras explicaciones. Nos comenta que las condiciones son duras por el frío que está haciendo, además hay mucha nieve virgen y quizás tengamos que cambiar los planes. Es tarde, así que no hay tiempo para mucho. Por seguridad tenemos que apagar la estufa para dormir. Esperemos que los sacos y la ropa sean suficientes para pasar la noche fría.

Día 2 (28-12-2009) Aprendiendo a conducir los trineos de perro

 

Temperatura máxima: -12.2ºC
Temperatura mínima: -22.1ºC

Despertamos a eso de las 9. La noche la he pasado bien, únicamente algo de frío en los pies y en la cara. He dormido con 2 mallas térmicas, los pantalones del chándal, camiseta térmica, chaqueta de lana, calcetines, el super-saco que nos han dejado, un saco pequeño como el de Svalbard, y el gorro…

Dentro de la cabaña hace frío  encendemos la estufa y nos vestimos. Gorro, parca, guantes… todo parece poco para salir. La puerta tiene escarcha por dentro, la manilla está congelada. Al abrirla el vaho entra de forma sorprendente. Salimos. El paisaje es espectacular. Estamos en un valle, cerca de un lago congelado, rodeados de montañas. Los árboles, la cabaña, los caminos… todo está cubierto de blanco. La luz del amanecer hace que la nieve tome un tono rosado, al igual que el cielo, que esta completamente despejado. Admirando el lugar donde nos encontramos vamos caminando por senderos marcados en la nieve hasta el lugar donde vamos a desayunar. Las comidas las hacemos en un lavvo, con un fuego en el centro para mantenernos calientes.

Durante el desayuno conocemos a nuestros otros dos guías, especialistas en mushing. Nos confirman que debido a las condiciones debemos cambiar la ruta. Hace demasiado frío y en los días anteriores ha caído mucha nieve. Esto hace que tengamos que ir abriendo huella durante toda la ruta, con el consiguiente sobre esfuerzo para los perros. En estas condiciones no seriamos capaces de completar los tramos diarios previstos en la expedición  Así es que la alternativa es hacer un recorrido por la zona y volver para dormir en la cabaña. Si las temperaturas no son tan bajas al día siguiente intentaremos la ruta.

Después de unas explicaciones sobre la conducción de trineos: cómo posicionarse en las curvas, uso del freno, del ancla, instrucciones a los perros… comenzamos a prepararlos. En cada trineo vamos dos personas, y van tirados por seis perros. El guía nos va indicando qué perro debemos coger y en que posición debemos colocarlo. Colocarles los arneses y las cadenas con las manoplas puestas no es nada fácil  Además, los perros no dejan de moverse y lo de quitarnos las manoplas, con el frio que hace, no entra en nuestros planes. Una vez preparados los trineos, podemos comenzar nuestra ruta.

La salida es espectacular, los perros tiran con muchísima fuerza. El camino es cuesta abajo, enseguida ganamos velocidad. Está lleno de curvas para esquivar los arboles. Voy agarrado con fuerza al trineo, con los pies hago lo posible por mantener el equilibrio en las curvas, aunque también intento buscar el freno… pero no hay manera. Aún no se cómo, pero conseguimos llegar al lago sin caernos. Impresionante, muy divertido. Seguimos nuestra ruta cruzando el lago helado. Es una sensación extraña saber que debajo de ti hay un lago y que una capa de hielo de unos 40 centímetros soporta todo nuestro peso. Continuamos al otro lado del lago, de nuevo entre el bosque a veces aprovechamos los caminos, otras nos salimos de ellos y vamos abriendo ruta en la nieve virgen. No es un paseo tranquilo, ya que con frecuencia hay que colaborar con los perros. En las subidas toca empujar el trineo, en las zonas con mucha nieve también  es un gran esfuerzo cuando la nieve llega por encima de las rodillas. En los tramos mas lentos es bueno bajarse del trineo y correr al lado, así los perros también se toman un descanso. Ademas viene bien para combatir el frió  Si te quedas parado un rato sobre el trineo los pies y las manos comienzan a entumecerse. A medida que va pasando el día el esfuerzo acumulado se nota.

A las 4:30 comienza a anochecer, es hora de volver. Después de colocar a los perros en sus casetas, nos vamos a descansar al lavvo. Cenamos y discutimos el plan para mañana. Los guías nos dan dos opciones: hacer una ruta de ida y vuelta y volver a dormir al mismo lugar, o hacer una ruta de dos días pasando la noche en tiendas de campaña. Tras varias votaciones nos decidimos por la primera opción.

Día 3 (29-12-2009) Ruta larga en trineo de perros

Temperatura máxima: -13.4ºC
Temperatura mínima: -21.4ºC

Nos despertamos tempranito porque la ruta que hacemos hoy es larga. Resulta muy curioso ver como los botes que tenemos con agua para beber, las toallitas húmedas, el líquido de las lentillas, la crema de labios… todo está congelado por las mañanas. Bajamos al lavvo para desayunar. De nuevo tenemos un día muy frío  estaremos a algo menos de 20 bajo cero, pero soleado. El desayuno consiste en tostadas, mantequilla, mermeladas, patés, galletas, diferentes tipos de fiambre… un desayuno bastante completo. Lo peor del desayuno es que los noruegos nunca calientan la leche, así es que el café con leche resulta un poco frío para un desayuno. Como hoy estaremos el día completo en ruta, preparamos unos bocadillos con el fiambre.

Preparamos los perros. Hoy lo hacemos con más soltura. Ya no tenemos tanto miedo al frío y hasta nos atrevemos quitarnos momentáneamente los guantes para manejar mejor las cadenas de los perros.

Arrancamos, la salida es la misma que la de ayer. Los perros están descansados, la nieve más asentada. La velocidad en las curvas y en las cuestas abajo hacia el lago es mucha y controlar el trineo es complicado. La última bajada al lago termina en curva y… tomamos la curva demasiado abierta, nos salimos de la huella, pierdo el control y salgo disparado del trineo. Por suerte hay mucha nieve sobre el hielo del lago, y a pesar de que doy varias vueltas, no me hago daño. Me levanto, le indico al guía que no me hice daño y continuamos la ruta. Cruzamos el lago, el inicio de la ruta es por el mismo camino que el día anterior. El guía nos va preguntando qué tal vamos, y es que hace mucho frío. Yo tengo frío en los dedos de los pies y de las manos. No puedo dejar de moverme. Atravesamos por un bosque precioso y llegamos a una pista de esquí de fondo, por esta pista vamos subiendo la montaña. Son bastantes metros de subida. Se hace larguísimo porque hay que colaborar mucho con los perros. No se puede andar detrás del trineo, porque la velocidad de los perros cuando me bajo me obliga a correr. Así es que llego arriba agotado. Vemos el lago desde el lado contrario. El paisaje es muy bonito. A partir de aquí dejamos la pista, y vamos abriendo huella. La tendencia es ir cuesta abajo así que no hay que hacer demasiado esfuerzo, aunque siempre hay pequeñas cuestecillas en las que hay que empujar.

Así va discurriendo la ruta hasta que llega la hora de comer. Preparamos un poco la zona, pisando la nieve y colocando pieles de reno para sentarnos encima. Los bocadillos están totalmente congelados, no es fácil comérselos  Llevamos varios termos con agua caliente que nos sirve para calentarnos y hacernos algunas infusiones.

Retomamos el camino de vuelta. Ahora el terreno es cuesta arriba, hasta que lleguemos a las pistas. El sol ha bajado bastante y el frío se hace más intenso. A los perros se les nota cansados y cada vez hay que colaborar más con ellos. Acaba siendo agotador porque en cada cuesta los perros terminan por pararse y hay que empujar. El guía decide hacer algunos cambios en los trineos, yo iré solo con menos perros. Por fin llegamos a las pistas de esquí, a partir de aquí el camino es en descenso. Al estar la nieve de la pista bien asentada, y no haber curvas muy cerradas, se puede coger bastante velocidad. Siempre con cuidado porque una caída aquí si que puede ser peligrosa.

Descendemos hasta el lago, lo cruzamos y terminamos nuestra ruta de hoy. Lo que resta de tarde lo pasamos en la cabaña, volvemos al lavvo para cenar y nos vamos a dormir.

Día 4 (30-12-2009) Beitostolen

 

Temperatura máxima: -18.1ºC
Temperatura mínima: -25.1ºC

Despertamos con una capa de hielo tremenda en la puerta de la cabaña. Hoy hace más frío que ayer, otra vez -27ºC. El plan para hoy es hacer una ruta corta, estar de vuelta pronto para comer y por la tarde ir a visitar la ciudad de Beitostolen.

Nosotros decidimos no hacer la ruta de hoy debido a un problemita físico. Sobre todo pensando en que los próximos días van a ser mucho más duros. Nos ofrecen quedarnos a esperar en la oficina, donde hay calefacción eléctrica, buenos sillones… nos viene muy bien el descanso. Como el día es soleado, aprovechamos para hacer algunas fotos de la zona.

Llegan los compañeros de hacer la ruta y nos vamos a lavvo a comer. Comemos sopa de tomate con pasta y salchichas, las comidas están siendo bastante buenas.

Rápidamente vamos a la cabaña a por las cosas que necesitamos para ir al pueblo. Nos avisan de que podemos ir a la piscina del pueblo, donde podemos darnos un baño si nos apetece. Pero lo más interesante es que podremos utilizar las duchas de las instalaciones, lo que sin duda nos vendrá muy bien.

Vamos en coche al pueblo en dos turnos. Como nosotros vamos en el primero, la guía nos muestra donde está el centro y la piscina. Que queda bastante alejada. Nos deja en el centro mientras va a por el resto. Beitostolen es un pueblo pequeño, pero con mucha gente en esta época del año. Tiene muchas pistas para hacer ski de fondo, lo que atrae a muchos aficionados a este deporte.

Entramos en una cafetería y nos tomamos una café calentito con algunos pasteles. No nos hemos entendido muy bien con el resto del grupo, así que, al final nos toca ir andando hasta la piscina. Esta bastante lejos y el sol comienza a ponerse ya, con lo que hace aun más frío. Casi comenzando el camino nos encontramos con nuestro guía de ski de travesía, viene con toda la cara llena de hielo. Nos cuenta que ha estado viendo el comienzo de la ruta de mañana, le decimos que vamos a la piscina y nos acompaña.

Por fin llegamos, ya es de noche, y aunque el camino se nos ha hecho largo, la ducha de agua caliente merece la pena. Volvemos a las oficinas, ahora ya en coche. Hoy tenemos cena especial. Los guías noruegos han preparado algunos platos típicos de allí y cenaremos en la oficina. Comenzamos con salmón ahumado y marinado. Los dos están buenos. De segundo carne de cerdo con puré de patatas y una salsa de grosellas. De postre mousse de chocolate con natillas y grosellas. Muy rico.

Tras un rato de tertulia, bajamos a dormir a nuestra cabaña.

Día 5 (31-12-2009) Nochevieja

 

Temperatura máxima: -15.3ºC
Temperatura mínima: -23.5ºC
11 Kilómetros

Despertamos temprano. Hoy comenzaremos la travesía de esquíes, esta sí que la haremos completa, por lo que tenemos que preparar la mochila con todo lo que vamos a necesitar en los próximos tres días. Además de la mochila llevaremos cuatro pulcas que nos iremos turnando, así que es importante no llevar demasiado peso.

Vamos en furgoneta hasta Beitostolen, paramos en un parking donde comienzan unas pistas de ski de fondo. Llega el momento de la verdad. Nuestra experiencia con los skies es nula, así es que el momento de ponerse los esquíes es un poco tenso. Los primeros pasos son complicados, pero el inicio del camino es por la pista que tiene marcada la huella, por lo que no hay demasiados problemas.

Después del inicio sencillo llegan las primeras dificultades y desniveles. No son demasiado grandes pero sí lo suficiente para ver las primeras caídas en las bajadas. Los esquíes de travesía no deslizan mucho y cuando la pendiente no es suficiente se frenan, lo que asegura la caída de los que no tenemos experiencia. Momento bastante divertido.

Tras aproximadamente 3 kilómetros abandonamos la pista y seguimos nuestra ruta por zona virgen. En este terreno es mucho más duro avanzar, aunque seguimos la huella que el guía había creado el día anterior, hay mucha más nieve y hay muchas más irregularidades que en la pista. El terreno además tiende hacia arriba. Cuando llegamos a la zona más alta paramos a comer.

La comida es ligera y rápida: frutos secos, chocolate, algo de líquido caliente y poco más. Parados en medio de la nieve hace mucho frío, así es que estamos el tiempo justo para reponer fuerzas y continuamos.

Descendemos hasta el lago Vinstre que tenemos que atravesar. Nuestra cabaña está al norte del lago. Atravesar el lago en un principio parece sencillo al no haber desniveles, pero en la zona más central hay poca nieve y el hielo está muy irregular, siendo un tramo bastante complicado.

Finalmente alcanzamos la zona norte del lago. Llegamos a una zona de cabañas. La imagen es espectacular, la nieve llega hasta las ventanas, los tejados tienen muchísima nieve acumulada. Llevamos bastantes horas de travesía, esta anocheciendo, y cada vez hace mas frío  El último kilómetro se hace interminable. Habremos hecho unos 11 kilómetros, se me olvido encender el GPS.

Por fin llegamos. Tenemos que sacar la pala y quitar la nieve que nos impide abrir la puerta. La misma operación tenemos que hacer con la puerta de la letrina, que estará a unos 50 metros. Entramos, la cabaña es enorme, encendemos la estufa de leña, y por fin comenzamos a entrar en calor.

El lugar es precioso, es de noche y el cielo está despejado, por lo que la luna llena ilumina el inmenso manto de nieve que se extiende a nuestro alrededor. Las cabañas parecen que intentan asomar por encima de la nieve, sin apenas conseguirlo. Y solo el lago helado rompe el blanco paisaje con su tono algo azulado.

Después de descansar un rato, comenzamos a preparar la cena. Hoy es Nochevieja. Tenemos salmón noruego y pollo con arroz indio, de postre mazapán y helado de vainilla, para beber sidra y champan para brindar a las 12. Una cena muy buena para estar donde nos encontramos.

Después de celebrar el paso al nuevo año nos vamos a dormir, hoy tenemos camas. Hemos tomado la temperatura en cada una de las habitaciones: en el salón donde hemos cenado tenemos 8ºC; en la siguiente habitación, donde voy a dormir, 1ºC; en las habitaciones más retiradas -13ºC.

Día 6 (1-1-2010) Largo día de ruta

 

Temperatura máxima: -10.8ºC
Temperatura mínima: -17.7ºC
14 Kilometros
6,5 horas

Despertamos, desayunamos y nos preparamos para continuar nuestra ruta. Hoy sabemos que va a ser una jornada difícil. Anoche los guías nos propusieron cambiar la ruta y hacer un recorrido por la zona volviendo a la misma cabaña. Hay muchísima nieve y la distancia a recorrer es larga. Pero decidimos que queríamos intentar la ruta prevista.

Comenzamos nuestro camino por la orilla del lago, el día es frío pero despejado. Está amaneciendo y podemos observar el efecto parhelio. El sol en el horizonte se refleja a izquierda y derecha, dando la impresión de que haya tres soles.

Dejamos atrás las cabañas y continuamos bordeando el lago por un terreno de pequeñas subidas y bajadas. Como nos habían dicho hay mucha nieve y tenemos que ir abriendo huella. Atravesamos el lago, la marcha aquí se hace mucho más cómoda.

Con el paso de las horas el frío se va haciendo notar. Tengo los bordes del pasamontañas y del gorro congelados. Igual que las pestañas. Incluso cuando paramos para descansar o para comer algo, es necesario mover los pies y las manos por el frío intenso. A veces los dedos se entumecen, hay que estar pendiente de mantenerlos calientes.

Tras cruzar el lago subimos a una zona donde hay cabañas y casitas. Está anocheciendo, y estamos cansados. Pienso que estamos llegando a nuestra cabaña, pero no es así. El guía nos dice que aun nos faltarán como 2 horas. ¡Qué bajón! Las dos horas se hacen eternas y durísimas. Hace muchísimo frío  cada vez llevo más hielo en la cara, y estoy muy cansado. Pero no queda otra, hay que seguir. La otra opción, si no llegamos a la cabaña, es montar las tiendas de campaña, cosa que no nos apetece nada.

El guía cada poco tiempo va comprobando la ruta con el GPS. Sabemos que la cabaña no se ve hasta que no estemos muy cerca, y no estamos como para andar un camino extra. Por fin llegamos, sin duda ha sido lo más duro del viaje. Hemos recorrido 14 kilómetros en unas 6 horas y media.

Quitamos la nieve de la puerta de la cabaña y de la letrina, hacemos un pequeño camino hasta ella. El tema de la letrina es bastante incomodo. Una vez calentito en la cabaña, no apetece nada tener que salir. Ponerse las ropas de abrigo, botas, guantes, gorro… hasta los esquíes, ya que si caminas sin ellos te hundes hasta las rodillas. Quitártelos para entrar a la letrina, colocarlos de nuevo para volver a la cabaña. Una odisea que trato de repetir las menos veces posibles.

La cabaña de hoy es muy pequeña, por lo que se calienta pronto. Antes de poder cocinar la cena necesitamos derretir nieve en una cocina de gas, una vez que tenemos agua, preparamos unos espaguetis que nos saben riquísimos.

Después de la cena y un rato de charla nos vamos a dormir. Ha sido un día durísimo.

Día 7 (2-1-2010) Fin de la ruta

 

Temperatura máxima: -13.2ºC
Temperatura mínima: -23.2ºC
13 Kilómetros
5,5 horas

Nos despertamos para afrontar el último tramo de ruta. La noche no ha sido cómoda por lo pequeña que era la cabaña, pero con el cansancio que llevaba encima no he tenido problemas para dormir. Desayunamos y nos preparamos para salir.

La ruta de hoy es más corta, pero tiene más desnivel. Saldremos de la zona del lago subiendo un pequeño monte hasta alcanzar las pistas de esquí que nos llevarán hasta la carretera.

La subida se hace sentir. Además, como el sol está muy bajo, en algunas zonas vamos por la sombra y el frío se hace más intenso. Vamos cansados de estos días y las pulcas comienzan a pesar, sobre todo en las subidas.

Alcanzamos la zona alta donde hace viento. Este hace que la nieve se levante formando una especie de humo que flota sobre el suelo. Es bonito verlo, pero el cuerpo se te queda helado por el lado por el que viene el viento. En este punto deberíamos continuar por la pista, pero ha nevado tanto los días anteriores, que la pista está cubierta. Comenzamos la bajada hacia la carretera. Ahora es más cómodo, además estamos finalizando y eso se nota en los ánimos. No faltan algunas caídas y risas en las bajadas. Por fin llegamos a la pista, y al final de esta la carretera donde nos esperan. Hoy hemos recorrido 13 kilómetros en 5 horas y media.

Cargamos todo en la furgoneta. Miro el termómetro y veo que hemos tenido mínimas de -24ºC. Ha hecho mucho frío  Vamos hasta la oficina, por fin entramos en calor, comemos algo y lo preparamos todo porque esta misma tarde salimos hacia Oslo.

Es un viaje de 4 horas por una carretera entre el bosque nevado. El paisaje es muy bonito. A mitad de camino paramos a cenar. Después de tantos días, las hamburguesas que nos comemos nos saben a gloria. Por cierto, hay que tener cuidado con los horarios noruegos, ya que cierran bastante temprano. Hemos llegado a las 7 y ya estaban cerrando.

Seguimos nuestro camino y llegamos a Oslo. Paramos, cogemos las mochilas de la furgoneta y vamos al albergue. Esta situado en el centro de la cuidad. Tenemos que andar con cuidado porque toda la calle tiene una capa de hielo. El albergue Anker Hostel es un edificio grande y está mucho mejor de lo que yo pensaba. Las habitaciones son de 8, muy espaciosas, con ducha y cocina en la habitación.

Nos preparamos y salimos a tomar una copa. Es sábado y todos los bares están bastante llenos. Aproximadamente a la 1 de la noche nos vamos a dormir.

Día 8 (3-1-2010) Oslo

 

Temperatura máxima: -10.0ºC
Temperatura mínima: -18.4ºC

Hoy iniciamos el viaje de vuelta a casa. Volaremos a Amsterdam y como nuestro vuelo sale a las 20:15 tenemos tiempo para dar una vuelta por Oslo. Nos levantamos tarde, aprovechando al máximo la cama que tanto hemos echado de menos en los últimos días. Desayunamos en una cafetería que hay justo al lado del albergue.

Como más tarde tendremos que ir al aeropuerto de Gardemoen, que está a unos 50 kilómetros, lo primero que hacemos es localizar la estación. Las estaciones de tren y de autobús están muy cerca. Primero vamos a la de autobús y allí vemos que hay muchos autobuses al aeropuerto. Así que decidimos ir en bus. Una vez que tenemos claro cómo iremos al aeropuerto, damos un paseo por Oslo. Todas las calles tienen una buena capa de hielo y hay que andar con mucho cuidado.

Buscamos la zona del puerto, donde está el Palacio de la Ópera. Bajamos hasta el muelle y vemos el mar está congelado. Después buscamos la calle Karl Johans de la que no estamos muy lejos. Entramos por la plaza, que reconocemos de cuando estuvimos hace unos años. Subimos por la calle, allí siguen los puestecitos, los bares… todo como aquel veranos pero en frío. Cuando llegamos a la zona de la avenida vemos el palacio real al fondo.

Estaremos a unos 14 grados bajo cero, y comenzamos a tener frío  Decidimos que ya es suficiente paseo y nos volvemos al albergue. Allí confirmamos el horario de nuestros vuelos en internet, nos calentamos un poco, cogemos las mochilas y nos vamos a la estación de bus. Ahora con el peso sí que es complicado andar por el hielo.

El trayecto en bus dura una hora. Llegamos sin problemas al aeropuerto, allí comemos y finalmente volamos a Amsterdam. Llegamos y no tenemos que recoger maletas porque van directas a Madrid. Tenemos que buscarnos un hotel ya que nuestro próximo vuelo sale al día siguiente. Vamos buscando un punto de información y nos encontramos con un panel con anuncios de hoteles y un teléfono gratuito para reservar. Reservamos en el Hilton, que sabemos que está muy cerca y además nos dicen que el traslado es gratuito.

Cuando salimos del aeropuerto a esperar al minibús del hotel notamos que hemos dejado el frío atrás. La sensación es de una noche bastante agradable, hasta vamos con las chaquetas quitadas. Nos quedamos bastante sorprendidos al ver que estamos a 2 grados bajo cero.

Llegamos al hotel y subimos a la habitación que está muy bien. Después de una ducha, a dormir y descansar. Al día siguiente volamos a Madrid.