Este es el relato de Luis Fraile, un amigo y viajero que estuvo con nosotros en las Svalbard hace un par de años: Gracias Luis, por tus palabras y por compartirlas con nosotros.

Bueno aunque ha pasado casi un mes desde mi vuelta de las vacaciones, lo cierto es que no he podido escribir antes … ya se sabe como es la vuelta al trabajo … Pero hoy que he arañado un rato, voy a haceros un pequeño resumen/relato de mi viaje, ha sido tan divertido e intenso, que no puedo más que aspirar a eso, a un resumen.

Este año el destino elegido, cambiaba un poco, aunque algunos colegas despistados seguían pensando que estaba en Groenlandia, no, el destino estaba bastante lejos de allí, y más al norte que el año pasado, en Svalbard (os recomiendo que vayáis quitando zoom en el mapa para que veáis donde está),más concretamente, subiendo todo Noruega hacia arriba y a unos 1000km del Polo Norte. Una isla de administración noruega, aunque con tratado que permite la explotación de sus recursos por varios países.
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Lo primero que te sorprende (para los que no lo habíamos visto antes), es, al llegar a eso de las 0:00, el sol, en esas latitudes, y aunque era el 17 de agosto, el sol no se llega a esconder en ningún momento, lo que era un poco incómodo a la hora de ir a dormir los primeros días, aunque en seguida te acostumbras.

grupo En cuanto a mis compañeros de viaje, este año repetía con Tierras Polares, y además con Ángel Sánchez “Piza”, como guía, y amigo mío de hace mucho tiempo, que además de ser un excelente guía y compañero de viaje, es una persona con la que cada día aprendo más cosas. El resto del grupo lo formaba principalmente los manchegos amigos de Piza, de Ciudad Real, así como una pareja de Cataluña, y otra persona de Cataluña. La verdad, después de la experiencia del año pasado, el listón estaba alto, pero el grupo de este año era inmejorable, las risas y el buen rollo han sido continuos, y aunque este tipo de viajes pueden ser propensos a algún “roce”, por el cansancio, las condiciones, tanto tiempo juntos, en nuestro caso, han sido todo risas y buen rollo.

Y bueno que decir de Svalbard, un paisaje totalmente distinto al de Groenlandia. Si el año pasado teníamos un paisaje verde (bueno y blanco en el hielo), este año nos esperaba algo más “extremo”, siendo todo roca y hielo allá donde mirásemos, lo cierto es que te da la sensación real de que estás muy muy lejos de todo, y en un ambiente más hostil que en Groenlandia. Además, esta es la tierra del oso polar, considerado el mayor depredador terrestre (con el permiso del oso Kodiak), lo cual implica ciertas cosas, como la obligación de que el guía lleve un rifle en todo momento, no, no se pretende disparar al oso, pero si ahuyentarlo, aunque la verdad es que no tuvimos la suerte/mala suerte de encontrarnos a ninguno, por mucha ilusión que le hubiese hecho a alguna del grupo … lo cierto es que a algunos de nosotros no nos hacía gracia encontrarnos con un oso polar, en todo caso nos hubiese gustado ver a alguno desde el barco de vuelta.

paisajeLógicamente, la pregunta que todo el mundo me hace es “ufff que frío habréis pasado ¿no?”, y sí, se pasa frío, pero tampoco extremo, hemos tenido mucha suerte con el tiempo y no perdimos ningún día, si que nos llovió y hubo viento en algún momento, y también es cierto que hubo muchos días nublados, pero en general el clima nos ha respetado bastante, lo cual se agradece en este tipo de viajes por estas latitudes.

¿Y cómo era el día a día?, pues nada, levantarse prontito, pero sin exagerar, que estamos de vacaciones jeje, a eso de las 8:00 nos levantábamos, desayunábamos tranquilamente, recogíamos el campamento, y ale, a remar unas horitas, por supuesto íbamos haciendo paradas, para descansar, picar algo, que iba desde gominolas, frutos secos, chocolate a embutidos, hambre no hemos pasado no. Una vez que llegamos al punto de montar el campamento, pues nada ,a buscar agua, un tiempecillo de descanso, merendar, y un poco más tarde cocinar la cena, cenar y echarnos unas risas (muchas más bien), con las historias de la mancha, los chistes, y las bromas, y así hasta la hora de dormir, en la que nos esperaba una sorpresa en los campamentos, y es que es obligatorio hacer guardias durante la noche, por si aparece algún oso polar, despertar al guía para que lo ahuyente con el rifle.

Así que, con las parejas del kayak, nos dividimos las horas de la “noche” (os recuerdo que hasta casi finales de agosto allí no hay noche de verdad), para hacer las guardias en turnos de dos horas, aunque esto puede parecer un poco cansado y aburrido … lo es … pero la verdad es que con el tema de las guardias también salían momentos divertidos, especialmente en el momento de repartir los turnos jeje.

trekkingAdemás de remar, también hicimos algunos trekking, incluidos dos en los alrededores del cuarto mayor glaciar del mundo, la subida al pico Pyramiden, aunque sólo Fernando, uno de los del grupo de manchegos 🙂 consiguió coronar, por la dificultad de la última parte del pico, los demás preferimos quedarnos un poco más abajo comiendo unos frutos secos.

pyramidenTambién aprovechamos el último día, para visitar la ciudad abandonada de Pyramiden, un antiguo asentamiento ruso minero, y es espectacular ver como dejaron todo tal cual estaba cuando salieron de allí (como si hubiesen salido con prisa).

Y aquí ya en Pyramiden nos vino a buscar el barco, dónde pudimos tomar unas cervecitas, celebrar mi cumpleaños :), y comer una barbacoa de carne de ballena, y de aquí de vuelta a Longyearbyen, dónde pasamos el último día visitando esta ciudad, y aprovechando para darnos una buena cena en un restaurante de allí, bien regada con unas cuantas botellas de Marqués de Cáceres.

Bueno, se me dejo muchas cosas la verdad, pero lo mejor es que veáis las fotos (aunque aún no he heco una buena limpia) en: http://www.flickr.com/photos/lfraile/sets/72157622340817135/

Y si tengo que resumir aún más, no puedo decir más que ya estoy deseando volver de viaje con un grupo como este, y con todo el estupendo trabajo que hace la gente de Tierras Polares, y poder ver y descubrir nuevos paisajes como estos.