Cuaderno de Bitácora
Que inconscientes fuimos al pensar que la distancia que nos separaba suponía un obstáculo. Gracias que fuimos capaces de entenderlo y armamos una nave, esa donde utilizamos como fuselaje la fuerza de nuestros abrazos, la soldadura de cada pieza con nuestra ilusión y el combustible con las sensaciones de nuestras vivencias.
Tras realizar el lanzamiento, no perdimos de vista nuestro objetivo. Con paciencia y temor a perder el rumbo vagamos por el frio, solitario y oscuro espacio. Una noche los paneles de información advertían de la cercanía de nuestro objetivo. Unos días de viaje llevamos y ya se nota el calor de esa radiación a cada km que nos aproximamos. Escribo cada emoción, cada sentimiento, cada esperanza en mi cuaderno de bitácora. No sé si alcanzaremos nuestro objetivo, pero al menos dejaré constancia que cada segundo que pasaba no nos arrepentíamos de haber partido. Miro por la ventana de la cabina y pierdo la noción del tiempo contemplando la oscuridad del cielo. ¿Lo conseguiremos? ¿Tendremos combustible suficiente?¿ Aguantara la nave? Cuaderno de bitácora. Año 15. Día 2 desde el acercamiento.
Hoy durante dos breves periodos de tiempo el cielo brillo con más intensidad que momentos anteriores. Los indicadores mostraban acercamientos de campos electromagnéticos de gran intensidad, a las 23:30 y 00:37 respectivamente. Han sido 2 instantes en los que mi cuerpo se estremecía por la fuerza que desprendía la luminosidad que mas anhelo. Aun así y pese a mostrar que no hay daños en la nave, tengo la sensación que viajamos más rápido aún … No sé, se sigue viendo un universo frio y oscuro fuera de los intervalos de actividad solar. Esta noche sentada en mi puesto de mando en la cabina, mirando el objetivo, aunque cueste trabajo estimarlo, percibo la sensación de subidas de ritmos cardiacos y la agradable sensación de no viajar sola, puede que la tercera sensación sea fruto del cansancio, pero un olor envolvió la nave, una fragancia que no se puede olvidar. Me incorporo y tocando el cristal protector, trato de alcanzar la luz con mi mano. Sé que llegará el momento que este cristal no me separare de su aura, es la esperanza que más me motiva. Dejo deslizar mi mano sobre su imagen sobre los paneles hasta que cruzo la pantalla y apago el monitor. Creo que es el momento de descansar, justo ahora que lo último que registra mi retina es su luz. Cuaderno de bitácora. Año 15, día 3 tras el cercamiento.
Hoy ha sido día de mantenimiento, operaciones de calibración de instrumental y tareas varias. Durante la inspección de instrumental de navegación, en el sonar apareció la llamada de atención por una nueva lectura. Al mirar la nota, observé que veía desenfocada la pantalla, cada fotón se desviaba de su rumbo antes de llegar a mi pupila, creando imágenes distorsionadas. No sabía por qué pasaba, pero percibí humedad en el borde de mis ojos, sensación que se marcho cuando corría una lagrima por mi cara de la emoción. Tarde en desencriptar el mensaje, pero las lecturas no mentían, entrabamos en el campo electromagnético de la luz, una atracción inevitable, difícil de controlar. Cuando entre en la cabina de mando, sentía el calor de su aura, el olor imperceptible de la llegada. Buscaba el aprovechar cada segundo, cada una de sus llamaradas, a veces en silencio, a veces en su campo de atracción, tatuando en mi mente cada segundo. Sé que no volveré a vivir ese momento, que cada segundo en su trayectoria es un momento irrepetible. No me instruyeron así para esta misión, no puedo estar siempre a la altura de la circunstancia, solo soy una no tan joven soñadora. En estos momentos carezco de sentido para pensar objetivamente, pero si tengo razón cuando escribo que cada uno de los latidos que siento cuando imagino que voy a verla , forman parte de la música rítmica que ansia acercarme a ese momento. He perdido el rumbo de la historia, pero hay cosas que no se pueden explicar de otra forma. Cuaderno de bitácora. Año 15 día 4.
Día (sin tiempo), hora (perdida) llevamos días a la deriva, tras el último cinturón de asteroides la nave fue dañada, la instrumentación funciona de forma irregular, aun así, parte de ella redacta datos legibles. En cuanto a la nave no sabemos el alcance de los daños. Apenas quedan provisiones, repostamos levemente el viernes. Los días se hacen aun más largos. Paso horas sentada en mi asiento con una pequeña manta viviendo cada segundo del viaje, acaparando cada suspiro que envía con los aumentos de su brillo. Es curioso, que pese a conocer que la distancia que nos separa solo es cuestión solucionable por la razón entre distancia y tiempo, aunque la física es simple, no contempla razones que mi razón no entiende, pensar que algo tan usual por este lugar, mueva sentimientos tan grandes. No veo figura mejor dibujada en el horizonte.Cuaderno de Bitácora. Año 15. Día 5 Noche fresca, viento solemne; hora 1:21, Se adentra la madruga y con ello la soledad que cada día nos inunda. A la vista, perspectivas temibles de negro azabache, oscuridad amarga que nos envuelve con calidez y no nos deja en libertad…
Paciente mirada al gélido espacio nos conduce a la locura, admiro a mi alrededor los paneles de información y sistemas de la nave. Solo percibo el triste parpadeo con ritmo incesante de luces que parecen dedicar una melodía con sus casi sordos sonidos de encendido y apagado, miradas al suelo donde apenas se marcan huellas de pisadas, pues no me desplazo de mi posición siempre con el temor de perder el rumbo. Se hace duro imaginar que semejante camino solo sea promovido por un sentimiento añejo, que como cualquier vino, se dedico a fermentar en una barrica polvorienta, solo esperando a tener la oportunidad de ofrecer todo su sabor al paladar.
En este lugar se desafían las leyes de la continuidad espacio tiempo, ya que cada noche para el tiempo, y cada leve intensidad lo acelera, cada insinuación comprime el espacio, cada adiós dilata los ejes cartesianos. Cada grano de arena que se desplaza por el cuello del reloj, fricciona deseando no caer, para no contar un nuevo movimiento de manecillas. Se sabe que en el espacio, un punto puede describir infinitas direcciones, es complejo pensar que dos puntos pueden chocar como electrones en un acelerador de partículas, puede que los científicos busquen mal la partícula de higgins, que el universo naciera de sentimientos que la ciencia solo explica como cambios químicos, pero que mueva a millones de personas hasta aquí solo por verla …¡Y ahí está! Aurora.Mis tortuosas manos escriben palabras al mismo ritmo al que trato de parpadear para no perder su brillo. Llamarme loca, llamarme ilusa, llamarme lo que queráis, pero esto a mi ya no me lo quita nadie. Rememorare cada momento cada vez que lo demás no acompañe.
Capitana Díaz Jiménez. Día d. Hora h